"4,32 millones de personas con discapacidad,
más de 8.000 asociaciones luchando por sus derechos"
Reportaje
Recursos para salud mental: tarde, mal y nunca
02/09/2013
Blanca Abella
La atención a la salud mental de la población no pasa por un simple tratamiento farmacológico o médico, a menudo imprescindible, sino que requiere también una serie de medidas añadidas en el ámbito social y personal, o familiar, es decir, una completa atención sociosanitaria. Las personas con enfermedad mental necesitan unos servicios próximos e individualizados. La inversión inicial que requieren estos recursos supondría, a la larga, un ahorro importante. Hoy por hoy, en nuestro país no existen estos recursos, salvo casos aislados.
Según la OMS (Organización Mundial de la Salud) entre un 35 y un 50 por ciento de las personas con enfermedad mental no reciben ningún tipo de tratamiento. Pero además, según el vicepresidente de FEAFES, Nel Anxelu González: “hay muchas personas con enfermedad mental que van al psiquiatra con su medicación, se encuentran perfectamente atendidas, equilibradas, y sin embargo no avanzan en el establecimiento de sus redes sociales, la recuperación de sus habilidades, la vivencia de su propia autonomía, y esto es a lo que hay que llegar; no hay que olvidar que se trata de personas que tienen derechos, derechos ciudadanos y derechos humanos”.
Es decir, afrontamos dos problemas graves en estos momentos, por un lado la invisibilidad de la enfermedad mental que conlleva la falta de atención o tratamientos para muchas personas, y por otro, la inexistencia de unos recursos complementarios y necesarios para completar la atención sociosanitaria de las personas con problemas de salud mental. El tratamiento médico y medicalizado no es el único que necesitan estas personas: “La medicalización a través de la farmacología es lo que prima en España, pero hay que tener en cuenta que los fármacos solamente palian los síntomas, no son la solución y hay muchos usuarios de FEAFES que se quejan de que los fármacos son la nueva forma de la camisa de fuerza. Hay que tener en cuenta la opinión de los usuarios y nosotros creemos que una atención sanitaria de calidad es imprescindible, y estamos de acuerdo con el adecuado tratamiento farmacológico, pero también los programas de rehabilitación y de tratamiento psicológico que ayuden a estas personas en su proceso de recuperación hasta lograr su autonomía, la máxima posible”, explica Nel Anxelu González.
Tratamiento asertivo comunitario
No importa cuál sea el diagnóstico o la enfermedad, lo que importa es el abordaje de esa enfermedad, siempre con el objetivo de que se recupere la máxima autonomía posible. “Eso tiene ya un nombre y una experiencia larga, se llama el Tratamiento Asertivo Comunitario, y quiere decir que las personas deben ser tratadas de una forma positiva, no reactiva, sino proactiva y dentro de la comunidad, las personas con enfermedad mental no deben estar recluidas, tienen que vivir en la sociedad para que recuperen sus habilidades y a la larga también sus derechos de plenos ciudadanos, como cualquier otro, no por tener una enfermedad mental tienes que ser un proscrito”, afirma el vicepresidente de FEAFES. La base de todo este tratamiento es la proximidad de los recursos.
Estos centros de Tratamiento Asertivo Comunitario ya están experimentados y el mejor ejemplo de ellos tiene lugar en Avilés, de hecho se le conoce ya como el modelo Avilés o el modelo Gijón.
El modelo Avilés consigue fundamentalmente una continuidad de cuidados al lado de la familia, de las personas con enfermedad mental allí donde se encuentren, a ser posible en su casa, en su actividad normal. Son equipos que atienden a demanda, en el domicilio, en el parque, en la cafetería tomando un café… lo que importa es que la gente se sienta acompañada, atendida, que tenga un recurso al alcance, cuando lo necesitan, y sobre todo una continuidad en los cuidados.
Desde FEAFES se reclama este tipo de modelo, que se basa además en cuatro medidas terapéuticas que deberían estar incluidas en el catálogo de servicios general de salud, según una reivindicación de este colectivo:
- Un plan individualizado de atención (PIA). Tras las primeras visitas al médico y el diagnóstico, un miembro del equipo establece, de acuerdo con la persona afectada, un plan de atención individualizado.
- Un Equipo de intervención familiar. Formar este equipo de profesionales (psicólogo clínico, trabajador social, diplomado de enfermería y auxiliares de enfermería)supone una inversión evidente, pero se recupera con creces, según Nel Anxelu González, ya que “su aplicación supone siempre disminuir enormemente las recaídas de las personas con trastornos mentales graves y los gastos que eso implica”.
- Apoyo domiciliario. Hay que contar con otro profesional que es el auxiliar de ayuda a domicilio, cuya labor también refuerza el tratamiento y reduce el riesgo de recaídas.
- Un equipo multidisciplinar. Además de los profesionales que trabajan en el equipo de intervención familiar, son necesarios en este equipo los psiquiatras. La inversión sigue aumentando, sin embargo, se insiste desde FEAFES en la eficacia de estas inversiones: “la eficacia no solo debe medirse con criterios económicos, y hay que tener en cuenta que cada vez que una persona tiene un ingreso, o sufre una crisis, su salud se ve más deteriorada y da un paso atrás, es más difícil su recuperación”.
FEAFES apuesta de manera clara por la atención sociosanitaria individualizada y la proximidad de los recursos como clave para reducir algunos costes derivados de ingresos hospitalarios, así como el apoyo a las familias.
Eficacia contra crisis
Y teniendo en cuenta la actual situación económica y los recortes que se siguen sucediendo, en la confederación siguen manifestando su confianza en que es posible avanzar mediante el ahorro y la planificación de estrategias más personalizadas. "Creemos que en las actuales circunstancias lo más próximo es lo más eficaz" afirmaba José María Sánchez Monge, presidente de FEAFES, recientemente en Valladolid. Aseguraba en la celebración del 20 aniversario de FEAFES Castilla y León, que “a veces de los inconvenientes se pueden sacar ventajas”, pues la reducción de recursos obliga a reforzar su eficacia “en beneficios de las personas”.
“Siempre dijimos, aunque es una frase muy manida, que la salud mental en este país es la cenicienta”, afirma Nel Anxelu González. Pero, añade, “la salud mental debe ser una prioridad en la sociedad y para los Estados porque entre un 2,5 y un 3 por ciento de la población adulta presenta una enfermedad mental crónica, y eso supone que en España hay más de un millón de personas. Y el 9 por ciento de la población padece algún tipo de enfermedad mental crónica leve. Por lo tanto es un asunto de primera magnitud que necesitaría toda la atención de los poderes públicos”.